En junio 1987 una empresa llamada
Compuserve presentaba un nuevo formato de imagen optimizado para su envío a través de las redes digitales debido a su bajo peso, era el
GIF (Graphics Interchange Format) pero lo peor iba a ser su herencia para el futuro: el
GIF animado. Curiosamente…
este peculiar formato de imagen
ha sobrevivido 25 años
alimentando la imaginación (y a veces dudoso gusto) de varias
generaciones de diseñadores web. Tecnicamente la clave de su éxito fue
la aplicación del
algoritmo de compresión LZW (Lempel Ziv Welch), que permitia descargar imágenes a color de gran tamaño para aquellos tiempos desde casi cualquier modem
Los GIF pueden representar hasta 256 colores (8 bits) pero lo más
destacable era su capacidad de crear esa especie de minivídeos de pocos
segundos en los que una secuencia de fotos o imágenes consecutivas
generaban la sensación de movimiento cuando transmitir vídeo a través
del modem era una utopía y las animaciones Flash aún ni existían. Era un
formato versátil, rápido y sorprendente a pesar de su evidente
pixelación y la reducida paleta de colores.
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